Más del 60% del territorio de Cuba está
formado por rocas calcáreas, lo que unido a la gran influencia de
los períodos glaciares y al clima, ha proporcionado que en el territorio
se hayan formado las mayores cavernas de la región.
Cuba cuenta además con una larga lista de cavernas, encabezadas
por la Gran Caverna de Santo Tomás. En la Sierra de los Organos
(Pinar del Río) se encuentran numerosas cavernas que atraviesan
los mogotes de lado a lado. Son cuevas de origen fluvial y a veces
con las galerías subterráneas superpuestas formando impresionantes
sistemas, como la cueva de Santo Tomás que tiene más de 45 kilómetros
de largo.
Otra de las cavernas que ha gozado durante muchos años de gran
fama entre los visitantes y los cubanos es la Cueva de Bellamar,
en Matanzas. Esta cueva, alrededor de la cual se teje una fascinante
leyenda, puede visitarse camino hacia Varadero.
Otras cuevas que ofrecen impresionantes momentos al visitantes
son: Cuyaguateje, Cueva del Cable, Cueva de Simón, de Paredones,
del Indio, de Los Tomates, de Quintanal, Aston, de Caguanes, de
Palmarito, de Bitirí, Revuelta de los Chinos, de La Patana, Solapas
de Jauco y Caleta del Rosario, entre otras.
En la Isla de la Juventud se encuentra la cueva submarina de Punta
Francés, uno de los paisajes submarinos más hermosos de la región.
Cerca de la playa Guardalavaca (en Holguín), se encuentran los
Tanques Azules de la vecina Gibara. Es un grupo de cavernas inundadas,
únicas de su tipo en la isla y muy apropiadas para los aficionados
al espeleobuceo.